Leer, escribir, compartir

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22/11/17

Reto 5 líneas, noviembre.


Las tres palabras a incluir en el relato del mes de noviembre son: Todas / estamos / dejar.

De verdad que intento esquivarlos, evitarlos, pero de todas todas tropiezo con ellos. Y ya no sé cuánto invento, cuánto moldeo y deformo a mi antojo, o cuánto es verdad. Si ya no estamos, si ya no somos, por qué un olor o el sonido de una canción es suficiente para traerte de nuevo. Quisiera dejar de pensar en lo que un día fue pero ellos insisten en volver al hoy para decirme una y otra vez que me equivoqué.


Relato escrito para el Reto 5 líneas del blog Las palabras soñadas de Adella Brac. 
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15/11/17

Chocolat de Joanne Harris.

Título: Chocolat.
Autora: Joanne Harris.
Editorial: Duomo ediciones
Págs: 295
Año 1ª publicación: 1.999

Vianne Rocher y su hija Anouk llegan al pueblo de Lansquenet para abrir una chocolatería frente a la iglesia. Vianne es alegre y desenfadada, sensual y misteriosa y parece poseer extraños dones. Para el cura Francis Reynaud, la presencia de esta singular mujer no puede ser sino el primer paso para caer en la tentación y el pecado. Para Vianne, sin embargo, el chocolate es algo más que un placer para los sentidos: gracias al chocolate, las penas se hacen más llevaderas, los secretos más íntimos y los sueños, quizás, se vuelven reales.


Mi opinión
He aquí un libro que es todo una fiesta para los sentidos, por lo menos para aquellos a los que nos apasiona el chocolate en todas sus formas, negro, blanco, líquido o sólido. Aunque de sobra es sabido que con este delicioso producto mucho puede resultar empalagoso, y es esa exactamente la impresión, muy en general, de esta lectura, muy dulzona.

A un pequeño pueblo de Francia, un lugar donde parece que el tiempo se ha detenido, donde la llegada de nuevos vecinos perturba la vida de todos, donde la hipocresía anda como Pedro por su casa, ahí a Lansquenet llegan Vianne y su hija Anouk.
Esta nueva vecina, es joven, madre soltera, con una actitud liberal, tan libre como para abrir una chocolatería frente a la iglesia del pueblo en plena cuaresma, ¡señor, qué ocurrencia!. Las delicias terrenales contra las promesas celestiales. Y para colmo madre e hija no acuden normalmente a la iglesia...
El chocolate entrará en la vida de los habitantes de Lansquenet para desgracia del cura, el padre Reynaud, el cual hasta ahora ejercía un gran poder sobre la opinión de sus feligreses, ¿seguirán valorando y acatando sus opiniones, o las exquisiteces de Vianne le ganarán la partida?.

A mí esta diatriba me pareció un tanto absurda y exagerada, hasta el punto que me hizo reír en más de una ocasión con el ridículo enfado del señor cura, un personaje que acabó resultándome realmente desagradable, propagando el odio y la intolerancia, principios que la iglesia tanto glorifica. Cómo puede ser que haga de la apertura de una chocolatería, aún en plena cuaresma, algo tan grave como para dedicarle un sermón en misa y sin embargo cierre los ojos a problemas mayores y más serios que suceden a su alrededor y de los que él tiene constancia. Inseguro y poco inteligente. Aunque si lo llevamos a día de hoy, no nos parece tan asombroso ¿verdad? porque personajes así abundan, personas que sólo reaccionan cuando su autoridad se ve resentida, haciendo oídos sordos y tapándose los ojos para todo lo demás. Y qué capacidad poseen para justificar lo injustificable, lo intolerable.

Todo acaba demasiado bien para mi gusto, los personajes muy esteriotipados y como ya he mencionado, algunos razonamientos me hacían reír de absurdos. Los buenos muy buenos y los malos malísimos, demasiado blanco y negro todo.

Por otro lado, el texto fluye a un ritmo cómodo, ha sido una lectura fácil y agradable, lo que ha hecho que resulte entretenido. Las descripciones muy evocadoras hacían que nos resultara muy fácil a los lectores imaginarnos los olores, los sabores, que nos transportara allí mismo viéndola elaborar el chocolate o  frente al escaparate sin poder despegar los ojos del cristal, mientras se nos hace la boca agua.

Imposible no sucumbir  a la llamada del chocolate durante esta lectura, ¡una tortura! porque eso sí, es esta una historia sensorial, donde los olores, los sonidos, el gusto adquieren mucha importancia.



Acabo la lectura y me digo que he pasado un buen rato, ahora, si estás a dieta evitando dulces no leas este libro, déjalo para otro momento. Me gustó, pero no lo suficiente como para releerlo o ponerlo en el estante de mis mejores lecturas, creo que su recuerdo se desvanecerá pronto.


Lectura conjunta en el grupo de Los libros de Carmen y amig@s



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