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15/4/21

El acontecimiento de Annie Ernaux


Título: El acontecimiento.
Autora: Annie Ernaux.
Editorial: Tusquets.
1ª edición: 2000.
Traducción: Mercedes y Berta Corral.
Págs: 119

Como bien dice la autora de este libro, la única y auténtica memoria es la material, porque los recuerdos pueden volverse selectivos, caprichosos, incluso inventados. Sí, excluimos partes e imaginamos otras, y al final la verdad queda un tanto borrosa, a nuestro antojo. Si queremos ser honestos con nuestro pasado, con lo que nos sucedió una vez, no hay nada mejor como desenterrar los diarios donde una vez anotamos detalles de nuestra vida o volver a mirarnos en las fotografías que nos hicimos, y es así como se sirve de ayuda Annie Ernaux para contarnos este acontecimiento, para ser lo más exacta posible, para que llegue al lector de una manera tan real que puedas imaginar que has estado allí acompañándola, sintiendo su angustia, para retratar ese acontecimiento en toda su brutalidad.

Año 1963, Anne es una joven estudiante de 23 años, nacida en una familia de clase trabajadora profundamente religiosa, la primera de su familia en ir a la universidad, una buena estudiante. Durante días esperó ansiosa que le bajara la regla, después de semanas de retraso, descubre que está embarazada. No quiere ser madre, lo tiene claro, pero entonces en Francia abortar era ilegal. Fueros semanas intentando encontrar ayuda, alguien que le practicara un aborto, llegando ella misma a intentarlo introduciéndose una aguja de tejer o provocándose numerosas caídas, al final logró una abortera que introduciéndole una sonda provocaría la expulsión del feto. Y así fue, la sonda cumplió su cometido, pero un sangrado que no cesaba hizo que tuvieran que ingresarla en urgencias con riesgo de perder su vida. Y ahí en esa cama de hospital es donde llegó la exposición y el juicio también, porque claro tú te lo has buscado, por atreverte a decidir por tu cuerpo, por traspasar la ley, violencia y culpa, el resultado pudo ser fatídico, pero es a lo que te arriesgas por ser mujer.

Variadas son las reacciones de los que conocen lo que le está sucediendo, desde el morbo de los chicos que la ven como una "chica que ya se ha acostado con alguien" y que además en esos momentos no tiene el problema de quedarse embarazada puesto que ya lo está "para él, yo había pasado simplemente de la categoría de las chicas de las que no se sabe si aceptan acostarse o no  a la de las chicas que, sin duda, ya se han acostado. En una época en la que la distancia entre ambas categorías era importantísima y condicionaba la actitud de los chicos hacia las chicas, Jean T. se mostraba, sobro todo, muy pragmático: tenía la seguridad de que no me dejaría embarazada, puesto que ya lo estaba"; el rechazo de los médicos; el horror o la fascinación de algunos amigos y la indiferencia de otros.

Me espanta la soledad de ella y el silencio de él, la ausencia de discurso ý de acción por su parte que parece no preocupar ni asombrar a nadie, como si fuera algo normal que el hombre se desentendiera. Él aliviado, aliviado por la decisión que ella ha tomado, por no tener que asumir un problema, totalmente desinteresado.

La autora ha tardado 35 años en volver la vista atrás, para traer y desenterrar de la memoria este suceso, se necesita mucha fuerza y valor porque vuelve a despertar las mismas sensaciones que despertó en su día, y estas vuelven con la misma o mayor intensidad. A lo largo de toda la lectura son muchas las veces que nos habla de la necesidad de plasmarlo por escrito, y lo entiendo tanto...para superar lo vivido, para aliviar lo inolvidable, una necesidad. 
trataré por encima de todo de sumergirme en cada imagen hasta tener la sensación física de "unirme a ella", hasta que surjan las palabras de las que pueda decir: "eso es". Trataré de volver a escuchar cada una de las frases, indelebles en mí, cuyo sentido debió de resultarme entonces tan insoportable o, por el contrario, tan consolador. Y que cuando me acuerdo de ellas hoy, me invade el malestar o la dulzura".
Está escrito con un estilo nada emotivo, desprovisto de emociones, sin rehuir detalle, sin enmascarar nada, a pesar de que pueda resultar desagradable y hasta generar cierto malestar en el lector. Corto, en pocas páginas queda todo dicho. Me ha dolido esta lectura, casi he podido sentir el frío de la mesa de la casa de la abortera cuando le introducía la sonda, y he tenido que parar y coger aire para continuar leyendo la escena en la que se produce la expulsión del feto.

Sin embargo, para mí, es de esas lecturas necesarias, de esas que te obligan a abrir los ojos, a enfrentarte a realidades a veces ignoradas, a veces desconocidas. Historias que tienen que ser oídas, leídas, porque han sido y son muchas mujeres las que han pasado por esto en el más absoluto de los silencios y ante la más cruda de las indiferencias y aunque cierto es que se ha avanzado mucho, para muchas mujeres, hoy en día, el aborto clandestino sigue siendo su única opción. Incluso en los países en los que se ha legalizado, una gran parte de la sociedad considera el aborto inmoral y terriblemente escandaloso, por lo que a pesar de su "legalidad", resulta difícil contarlo en alto, porque es como si todo lo referente a este hecho estuviera envuelto en un aura de vergüenza.

Las lecturas tienen que provocarte emociones, da igual si es ternura, alegría, horror, miedo, o como en este caso, rabia, enfado de que las cosas hayan y sigan siendo así para las mujeres. Y claro que resultará incómodo de leer, no es una lectura para disfrutar, que va, incluso diría que habrá a quienes resulte molesta e irritante, que también son emociones, sensaciones, pero todo lo que nos cuenta es cierto, y por eso, por real, horroroso, y por eso, por real, se debería de leer, para que nos mueva algo por dentro, para que recapacitemos y reflexionemos.


 






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