
Me encanta regalar libros a las personas que aprecio y por supuesto me gusta dedicárselos. Pensar en esa persona a la que va destinado el libro mientras la escribo y saber que cada vez que lo abra se acordará de mí.
Expresar nuestros sentimientos con unas pocas palabras de agradecimiento, de amistad, de amor...
Algunas son tan íntimas, de personas que quieres y aprecias tanto que en ocasiones abro el libro sólo para leer de nuevo la dedicatoria.
Aunque opino que son muy personales, también sé que a veces te puedes quedar en blanco y no puedes plasmar por escrito lo que sientes, por eso...