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7/3/16

El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince



Sinopsis

El médico Héctor Abad Gómez dedicó sus últimos años, hasta el mismo día en que cayó asesinado en pleno centro de Medellín, a la defensa de la igualdad social y los derechos humanos. El olvido que seremos es la reconstrucción amorosa y paciente de un personaje; está lleno de sonrisas y canta el placer de vivir, pero muestra también la tristeza y la rabia que provoca la muerte de un ser excepcional.



Mis impresiones

Este tesoro llegó a mis manos gracias a una entrañable amiga que tuvo el gran acierto de regalármelo, no puedo sino darle las gracias, me conoce muy bien y sabía que esta lectura me iba a llegar muy dentro, como así ha sido.

Desde que comienzas en sus primeras páginas te das cuenta que estás frente a un magnífico libro, muy bien escrito, lleno de sinceridad y ternura, con una prosa clara que demuestra que para expresar sentimientos profundos y hacer que lleguen al lector no se necesitan palabras y expresiones rebuscadas.

El autor del libro, Héctor abad comienza relatándonos los recuerdos de su infancia rodeado de una familia entrañable, sigue con una crónica de la vida en la Colombia de los años 80 llena de conflictos, para acabar con el asesinato de su padre, suceso que conocemos desde el principio, pero que es el cómo nos lo cuenta lo que hace al libro importante.
Veinte años pasaron para que pudiera encontrar el tono adecuado para poder escribirlo, quizás cuando ya la rabia y la indignación fueron mitigándose, desgastándose.

Ya es difícil y duro perder a un ser querido, si le añadimos que es asesinado y que nada se supo de los que apretaron el gatillo, al dolor se le suma la impotencia y el resultado es desgarrador.

Asesinado por luchar y decirlo abiertamente por una sociedad más justa, por la justicia, por la libertad de expresión. Uno de tantos que fueron asesinados en ese clima de violencia política que se vivía y los que no, tuvieron que exiliarse, entre ellos el propio autor del libro, Héctor Abad.

Resulta entrañable sentir el amor incondicional que este hombre tenía por su familia, por sus amigos y compañeros. Efusivo demostrándolo como nos cuenta:
cuando llegaba a casa mi papá para saludarme, me abrazaba, me besaba, me decía un montón de frases cariñosas y además, al final, soltaba una carcajada
Me he sentido muy identificada porque a mí me gusta y me parece muy importante demostrar el cariño a la gente que quieres,  y su lectura me ha removido muchos sentimientos.
No puedo dejar de poneros un pequeño párrafo en el que se deja ver lo esencial que era para él hacer felices con gestos, con palabras, con lo que estuviera en sus manos a sus hijos.

Si quieres que tu hijo sea bueno, hazlo feliz, si quieres que sea mejor, hazlo más feliz. Los hacemos felices para que sean buenos y para que luego su bondad aumente su felicidad.
Es posible que nadie, ni los padres, puedan hacer completamente felices a sus hijos. Lo que sí es cierto y seguro es que los pueden hacer muy infelices.

Un hombre que aceptaba a sus hijos tal y como eran y sin importar si elegían estudiar, trabajar, escribir, llorar, reir, casarse, separarse, una total aceptación sin reproches de ningún tipo de la persona.

Hay capítulos especialmente duros, como el de otra tragedia familiar que nos cuenta, que me impactó quizás por inesperada y me sobrecogió.

Una lectura conmovedora como pocas, un libro lleno de sincero afecto que quedará grabado en mi memoria y en mi corazón.

Os lo recomiendo sin dudarlo, es como un manual de amor, afecto y cariño incondicional, ojalá al leerlo se nos pegaran un poquito estos sentimientos y esa forma que tenía el protagonista de ver la vida.

El título, por cierto precioso está tomado del primer verso de un soneto inédito de Borges que encontró copiado a mano en uno de los bolsillos de su padre en el momento de ser asesinado. El poema se convirtió en epitafio de la tumba de su padre.

Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo de Adán y que es ahora
todos los hombres, y que no veremos.

Ya somos en la tumba las dos fechas
del principio y el término. La caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los triunfos de la muerte, y las endechas

No soy el insensato que se aferra
al mágico sonido de su nombre.
Pienso con esperanza en aquel hombre

que no sabrá que fui sobre la tierra.
Bajo el indiferente azul del cielo,
esta meditación es un consuelo.





2 comentarios:

  1. ¡Hola!
    gracias por compartir tu reseña :), me ha gustado un montón jeje.
    He seguido tu blog jeje. Te dejo unos cuantos sorteos que estoy haciendo en mi blog y puede ser que te gusten:
    Sorteo conjunto 33 Ganadores (libros), Cajita Kawaii & Sorteo conjunto de Nocturna
    Un beso!.

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  2. Pues me lo apunto, no lo conocía pero me ha llamado la atención lo que cuentas
    Besos

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